LIBROS CONGELADOS
- Marcial Dougan Champion
- 14 dic 2023
- 3 Min. de lectura
Aprovechando la inminente salida al mercado de mi última publicación quiero sacar a la luz una situación que casi con total seguridad no me ocurre a mi solo. Se trata de un fenómeno que ojalá me equivoque en cuanto a su magnitud, frena y condiciona la producción literaria, y es el miedo. Este miedo hace que infinidad de posibles textos acaben en el congelador
En el caso de los escritores noveles, es el miedo al debut lo que mantiene entre las escarchas del congelador sus primeros manuscritos, para los ya iniciados, el miedo es similar, pero en su caso es por la duda de no estar, tal vez, a la altura de lo ya publicado. Cuando de biografías se trata, el miedo es tanto a desnudarse contando aspectos desconocidos de la vida como a que los lectores no se crean gran parte de las vivencias y anécdotas que se relatan. Evidentemente existen otros muchos miedos que ocultamos bajo adjetivos tan diversos como prudencia, respeto, neutralidad, humildad o indiferencia, por citar solo algunos.
Lo vi pasar, que así se titula el libro que está a punto de salir, también pasó sus años de congelación, casi quince, antes de iniciar su próxima aventura bajo la calurosa mirada de los lectores y tal vez, incluso antes de salir, añorando ya la compañía de los vecinos que allí dejó. Porque en el fondo de mi congelador permanecen varias piezas entre las que destacan:
A más de “diez años bajo cero”: Créeme por favor, una denuncia de abusos sexuales en el seno del hogar perpetrados en la ciudad que me vio nacer desde los años cincuenta hasta nuestros días. El motivo de su congelación es porque al ser la nuestra una sociedad tan pequeña, fácilmente se podría identificar a los autores, algunos ya fallecidos, otros todavía vivos; pero se hace difícil divulgar estos hechos, casi todos reales sin que se confunda su carácter meramente literario con el de una acusación.
Entre “doce y quince años bajo cero” se sitúa “Coger al toro por sus rastas”. Un compendio de situaciones, anécdotas y sufrimientos racistas vividos en España desde allá por los años ochenta. El propio título ya es indicativo, pues une al toro, animal típico español por naturaleza y las rastas típicas de la raza negra. La moraleja que pretende reflejar es que mientras España no se reconozca racista, nunca podrá dejar de serlo. El motivo de la congelación de este texto es simplemente el hastío y la impotencia. Afortunadamente las nuevas generaciones con sus propias anécdotas, ya se encargan de airear todo lo que en él se relata.
Situado también a más menos “doce años bajo cero” se encuentra FAD, que es un homenaje a mi difunto padre. Aborda desde su contribución a causas sociales, religiosas o históricas, como que fue uno de los primeros activistas proindependentistas. Tras la independencia, relata su paso por la cárcel y su posterior liberación por el mismísimo Macías. El texto analiza con rigor hechos y situaciones vividas en los años sesenta y setenta, aportando datos de organismos como la ONU o por ejemplo un recorte de periódico, tal vez único, en donde aparecen los nombres de todos los personajes de todos los partidos políticos que concurrieron a las primeras elecciones celebradas en nuestro país. El motivo de la congelación de este texto: Sin comentarios.
Para acabar, en mi país, al fluido eléctrico se le denomina genéricamente como “Luz”, así, contradictoramente deseo que no falte la luz para poder mantener congelados estos y otros textos pero al mismo tiempo que se extinga para que puedan ser descongelados, pero sobre todo, que siga brillando la luz que alumbra el nacimiento de nuevos textos, aunque tengan que acabar también en el fondo del congelador.

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